Se cuenta que durante la Edad Media hubo en
Oviedo una pareja de enamorados que estaban próximos a casarse.
Desgraciadamente, él marcho a la guerra dejando atrás a la afligida doncella.
Para consolarla le dijo que plantase un rosal delante de su casa, prometiendo que mientras no floreciera él
seguiría con vida.
Pasaban los años y el rosal no florecía, pero
tampoco había noticias del mozo. Un día llegó un hombre a Oviedo buscando a la
joven enamorada. El hombre, que portaba unas pesadas cadenas, era compañero de
batallas e infortunios de su enamorado. Habían estado ambos presos en las
mazmorras de sus enemigos, quedando el enamorado demasiado enfermo como para
volver a Oviedo una vez fue liberado. Su compañero de celda se encargó entonces
de entregar a la enamorada las cadenas que lo habían tenido preso. Ella subió
las cadenas a lo alto de una colina en la que había una ermita con un gran
Cristo, que desde entonces se conoce como Cristo de las Cadenas. Al volver a su
casa vio como el rosal a la puerta había florecido, sabiendo entonces que su
enamorado había muerto. Todavía a día de hoy se llama a esa calle, calle del
Rosal.
ACTIVIDADES
- Hemos comentado en clase que las
leyendas son narraciones en las que se relatan acontecimientos
extraordinarios que pueden explicar, por ejemplo, el origen de un país, de una creencia, de un lugar concreto…
¿Qué se pretende explicar con ésta? Ten en cuenta que una leyenda puede
definir el origen de uno o más aspectos actuales.
- ¿Esta leyenda pertenece a la tradición
popular o a la literatura culta? Justifica tu respuesta en, al menos, dos
líneas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario